¿Cómo conservar el cava en casa? Te damos 5 claves imprescindibles.

Conservar el cava en casa… Parece mentira como algo que de entrada parece tan sencillo, puede llegar a complicarse de esta manera. Tanto si sois expertos del cava o, simplemente, habéis llegado aquí porque os hacen falta consejos; sabréis que la red está llena de opiniones sobre la temperatura, la posición, la luz, el tiempo que se puede conservar el cava en casa, qué hacer si la botella queda abierta… A veces, no es una ciencia exacta: cada cava es un mundo. Pero os preocupéis, desde la experiencia de nuestros enólogos y otros profesionales de Cavas Naveran, os damos 5 claves para conservar el cava en casa, con sus motivos y, también, algunas curiosidades.

1. ¿Dónde conservamos el cava en casa?

Aquí comienza la diversión, encontrar el lugar perfecto es toda una quimera. ¿Sabéis por qué? Pues porque el cava necesita conservarse en un lugar fresco, oscuro, pero (atentos aquí) a la vez, seco. Quedaría descartada la cocina: se producen muchos cambios de temperatura. ¿Qué opciones nos quedan? Pues si tenéis una habitación para guardar alimentos, un trastero que no sea húmedo, o aquel armario con algún rincón libre… Lo damos todo por bueno. Resumiendo, que hay que buscar el lugar más frío de toda la casa (sobre todo en verano), que no le llegue la luz y sin humedad.

2. ¿Cómo conservamos las botellas de cava?

Las botellas deben ser colocadas en posición vertical. Si bien reposan horizontalmente, para que los sedimentos se precipiten, en las bodegas durante la fase de crianza; después del degüelle y el embotellado deben hacerlo de pie para que el cava no coja el sabor del tapón. Ah! Y no os preocupéis por si el tapón se seca: cuando conservamos las botellas de cava en vertical, las mágicas burbujas del gas carbónico ya se encargan de humedecer el tapón lentamente y con cuidado. En Naveran, embotellamos nuestros cavas con tapón de corcho natural atado con arandelas para que la botella quede bien cerrada, sin posibilidad de que se escapen las burbujas naturales.

3. ¿Hasta cuando podemos conservar el cava en casa?

Podemos conservar el cava en casa durante un año desde la fecha de compra (que se entiende que han pasado uno o dos meses desde el degüelle), sin que se pierdan sus cualidades. Eso sí, debemos contar con las condiciones correctas en nuestro hogar (fresco, oscuro y seco). Los cavas con crianza han envejecido en las bodegas y después del degüelle, es cuando se encuentran en su momento óptimo de consumo. Es decir, que no es necesario que hagan un periodo de crianza extra en casa, se pueden consumir directamente ;).

4. ¿Cómo enfriamos el cava?

No debemos poner nunca el cava en el congelador. Sabemos que lo habéis visto hacer muchas veces, pero el cambio de temperatura que experimenta el cava en el congelador es demasiado repentino y esto podría afectar a sus propiedades. Aunque el cava deba servirse frío, no nos podemos exceder: el frío del congelador puede ser excesivo y no nos dejaría disfrutar de las características organolépticas tan especiales que tiene un buen cava. Para enfriar correctamente una botella de cava, lo mejor es ponerla 24 horas antes de servirla en la nevera, a una temperatura bien fría. En el momento de servirla, nos será de gran utilidad disponer de una cubitera con hielo y agua. Un truco: si se le añade un poco de sal, el hielo se derretirá y el frío llegará antes a la botella. Pero sin pasarse, que el cava no pierda sus propiedades.

5. ¿Y una vez abierta la botella de cava?

Aquí nos encontramos con más de un mito que es falso: que el cava se debe consumir al instante y de forma rápida… O que si le ponemos una cuchara al revés, conservaremos el gas (este mito proviene de la creencia de que el metal absorbe el calor). Cuando abrimos una botella de cava, el contacto con el aire genera una pérdida de presión provocando que el gas carbónico, en forma de burbujas, se escape de la botella. Sin embargo, esto no impide que podamos conservar el cava en casa durante unos días manteniendo sus propiedades. El gas carbónico no solo es el responsable de la efervescencia, sino que también contribuye a otras propiedades como el sabor. A continuación, os dejamos un par de consejos para conseguir que el gas no se escape tan pronto de la botella y así conservar el cava en casa unos días más.

Mantener la temperatura óptima

El primer consejo es mantener el frío con una cubitera, una vez lo tenemos en la mesa a punto para servir. Gracias al frío, el movimiento del gas carbono es más lento y por lo tanto, le es más difícil salir de la botella, una vez entra en contacto con el aire.

Un tapón hermético, nuestro mejor aliado

Existen unos tapones de silicona con cierre hermético para mantener el gas carbónico. Por tanto, una vez servidas las copas, colocaremos el tapón hermético a la botella para conservar el cava con todas las propiedades. Si al terminar aún nos queda cava en la botella, podemos guardarlo de nuevo en la nevera en posición vertical y con el tapón hermético bien colocado. No os preocupéis, si el tapón es de buena calidad, durará un par de días más. Tened en cuenta que cada vez que quitamos el tapón para servir el cava, se escapa una buena cantidad de gas (por la pérdida de presión, de ahí el ruido). Por lo tanto, cuanto menos abramos la botella, mejor.

El cava, también en casa

Ya veis que siguiendo una serie de instrucciones sencillas se puede disfrutar del cava en casa. Y es que no hay nada mejor que una larga sobremesa en familia o con los amigos; donde las conversaciones fluyen entretenidas, amenizadas por las burbujas de un buen cava.